29/3/12


LA IGLESIA EN ESTE DÍA QUIERE RESALTAR A LOS REVERENDOS Y REVERENDAS DE LA IGLESIA PRESBITERIANA DEL PRESBITERIO CENTRAL.

Dios llama a hombres y mujeres a su servicio para que trabajen en su obra, donde la mies es mucha. son estos hombres y mujeres los que se esfuerzas los siete días de la semana y las 24 horas.
Con este fin les dejo una reflexión:

Se dice que entre todos los trabajos, solo cuatro trabajos son los más difíciles (y no necesariamente en ese orden) son:
1- Ser presidente de los Estados Unidos.
2- Ser presidente de alguna universidad.
3- Ser gerente general de algún hospital, y
4- Ser Pastor.
La gente piensa que la vida de los pastores es sencilla: aman a Dios y aman a la gente. Leen la Biblia todo el día, oran, jugar algo durante el día y predicar.
¿Será verdad eso? Aquí les va el secreto: ser pastor es un trabajo muy duro, no es para gallinas.
La verdad es que el trabajo de un pastor puede ser de 24/7 y conlleva desafíos únicos. Algunos pastores se desgastan tratando de ayudar a la gente que en lo general es mucha, por lo básico son entre 30 a 200 personas por iglesia. En muchas situaciones el pastor tiene que ser un maestro de Biblia, contador, estratega, visionario, técnico en computación, consejero, orador público, director de alabanza, guerrero de oración, mentor, entrenador de líderes y levantador de fondos. ¿Quién podría llenar todos esos requisitos?

Algunos de los problemas únicos que enfrentan los pastores:

1- La crítica: los pastores pueden ser criticados por mucha gente y por una infinidad de cosas:
Ø              “La música está muy fuerte. La adoración es muy corta. Es muy larga”.
Ø                  “Los sermones no son profundos. Son muy largos”.
Ø                 “El pastor se cree muy importante, me tomó tres semanas para lograr una cita con él”.
Ø                 “Habla mucho sobre el dinero”
Ø             “Pastor, ¿Puedo hablar un minutito con usted?”. Esta simple petición puede causar en la mente del pastor este pensamiento: “Ay, Señor, y ahora ¿Qué hice?”.
Nosotros los pastores debemos encontrar la forma de no tomar la crítica tan a pecho y aprender de algunas verdades que pueden estar escondidas detrás de la crítica.

2- El rechazo –
Hay miembros que se retiran, hay líderes que se van y amigos del pastor que lo abandonan. La verdad es que - la gente se va. Mientras más pequeña es la iglesia, más se nota cuando alguien se va. Algunos se van por decisiones razonables, mucho se van de una manera imprudente. La gente también se va de las iglesias grandes, y se van por miles.
 “Me voy”. “Queremos algo más espiritual”. “Mis necesidades no se están supliendo en esta iglesia”. Estos comentarios parecieran un rechazo personal.
Una de las virtudes más difíciles de adquirir es tener “una piel dura y un corazón blando”. Amar a la gente, no tomarlos tan en serio y no tomar las cosas tan personalmente. “Ahhh, OK. Señor, ayúdanos”.

CONTINUARA

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